La Iglesia existió, existe y existirá para la gloria de Dios, pero cuando la vemos indiferente colocando prioridades ajenas y distantes de su verdadera misión, vemos la necesidad urgente de estudiar Hageo. Tal como sucedía con el pueblo de Dios cuando regresaron del cautiverio babilónico, la iglesia esta mirando para sí misma, construyendo casas artesonadas, y padeciendo, al parecer sin notarlo, una paralización en la reconstrucción de su espiritualidad anhelante de la presencia y la manifestación gloriosa del Dios de la historia.Espero que me den el privilegio de su lectura...
Caleb.
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